La gota es una enfermedad producida por el depósito de cristales de urato monosódico (UMS) en zonas articulares, periarticulares y subcutáneas.
Como cualquier enfermedad de depósito, es un proceso crónico por definición, aunque sus manifestaciones clínicas pueden no estar
presentes o aparecer únicamente de forma intermitente durante las fases iniciales.
La
manifestación clínica típica son los episodios recurrentes de artritis aguda (episodio de inflamación aguda), que aparecen separados por periodos intercríticos de duración variable.
Además de las articulaciones, los episodios de inflamación aguda frecuentemente afectan
también a bursas superficiales -como la olecraniana o la prerotuliana y de manera más ocasional a otras más profundas o a tendones.
El depósito de cristales de UMS está condicionado por la existencia de hiperuricemia mantenida. Sin tratamiento hipouricemiante adecuado, la frecuencia de los episodios de artritis y el número de articulaciones afectadas es cada vez mayor. Los síntomas pueden mantenerse incluso durante los periodos intercríticos y la inflamación puede llegar a ser persistente (gota con manifestaciones inflamatorias crónicas). Puede no existir correlación entre la magnitud del depósito de cristales y la intensidad de los síntomas.
Los pacientes con gota de larga duración pueden desarrollar acúmulos de cristales de UMS denominados tofos.
Estos acúmulos pueden situarse en cualquier localización, pero predominan en zonas periarticulares y en tejido celular subcutáneo; algunas zonas características son el olecranon, el tendón de Aquiles o el hélix auricular. Su formación dentro de las articulaciones puede originar algún tipo de limitación funcional aún en ausencia de inflamación aparente.
La radiografía simple tiene un papel muy limitado en las fases incipientes de la enfermedad. De hecho, considerados globalmente, sólo el 45% de los pacientes con gota tienen hallazgos radiográficos que generalmente aparecen en las fases avanzadas. Durante los episodios agudos de inflamación el único hallazgo, aunque inespecífico, es un aumento del volumen y la densidad de las partes blandas periarticulares, que refleja cambios inflamatorios secundarios
al depósito de cristales en la membrana sinovial o en la superficie del cartílago articular y que desaparecen tras la resolución del ataque agudo.
Durante la fase crónica de la enfermedad, los depósitos de cristales producen aumentos de
densidad nodular de las partes blandas periarticulares y erosiones del hueso subyacente,típicamente en el margen de las pequeñas articulaciones de manos y pies, sobre todo de la primera metatarsofalángica. Estos tofos no son detectables por radiografía simple hasta que alcanzan un tamaño de entre 5-10 mm.
En pacientes sin tratamiento hipouricemiante se ha estimado una prevalencia acumulada de tofos intraóseos en la
radiografía simple del 40%, 55% y 70% a los 5, 10 y 15 años de seguimiento, respectivamente.
En el caso de Joaquin, podemos ver las alteraciones radiológicas descritas, compatibles con gota crónica asi como aumento de densidad y volumen de partes blandas que corresponden a tofo gotoso.
A Joaquín le explicamos los hallazgos, insistimos en que debiera seguir una dieta adecuada libre de alcohol y, tras solcitarle una analítica con niveles de ácido úrico y estudio de función renal y hepática, reintroducimos Alopurinol, recomendando prevención de crisis gotosa con dosis bajas de colchicina diaria durante unos meses
En el caso de Joaquin, podemos ver las alteraciones radiológicas descritas, compatibles con gota crónica asi como aumento de densidad y volumen de partes blandas que corresponden a tofo gotoso.
A Joaquín le explicamos los hallazgos, insistimos en que debiera seguir una dieta adecuada libre de alcohol y, tras solcitarle una analítica con niveles de ácido úrico y estudio de función renal y hepática, reintroducimos Alopurinol, recomendando prevención de crisis gotosa con dosis bajas de colchicina diaria durante unos meses