A Amparo le solicitamos una ecografia de cuello, la cual nos llegó a las 3 semanas, con el diagnóstico de quiste del conducto tirogloso (QCT)
¿Qué es un quiste tirogloso?
Un quiste
tirogloso es un nudo o masa cervical que se desarrolla a partir de células y
tejidos remanentes luego de la formación de la glándula tiroidea durante el
desarrollo embrionario. Se diagnostica más frecuentemente en niños en edad
preescolar o a mediados de la adolescencia y suele aparecer luego de una
infección de las vías respiratorias superiores, cuando se inflama y duele.
¿Cuáles son las causas de un quiste tirogloso?
Un quiste
tirogloso es un defecto congénito (presente al nacer). Cuando la glándula
tiroidea se forma durante el desarrollo embrionario, comienza en la base de la
lengua y baja por el cuello a través de un conducto llamado conducto tirogloso.
Este conducto normalmente desaparece una vez que la tiroides alcanza su
posición final en el cuello. Sin embargo, a veces algunas porciones del
conducto permanecen y forman cavidades o sacos llamados quistes, los cuales
pueden llenarse de líquido o moco e inflamarse si se infectan.
¿Cuáles son los síntomas de un quiste tirogloso?
A
continuación se enumeran los síntomas más comunes de un quiste tirogloso. Sin
embargo, cada paciente puede experimentarlos de una forma diferente. Los
síntomas pueden incluir:
- masa redonda, pequeña y blanda en el centro de la parte anterior del cuello
- sensibilidad, enrojecimiento e hinchazón de la masa si está infectada
- abertura pequeña en la piel cerca de la masa, con supuración de mucosidad del quiste
- dificultad para tragar o respirar
La evolución natural de los QCT es
hacia la producción de episodios inflamatorios repetidos y fistulización externa.
El contenido del quiste cuando se fistuliza es mucoso, filante, con aspecto de
clara de huevo.
¿Cómo se diagnostica un quiste tirogloso?
El diagnóstico es
fundamentalmente clínico, pudiendo ser de utilidad la práctica de una
ecografía. La masa
normalmente se desplaza hacia arriba al extender la lengua y al tragar, puesto
que el conducto tirogloso suele conectarse en la base de la lengua.
Se recomienda la realización de
gammagrafía tiroidea, no para el diagnóstico positivo de QCT, sino para
demostrar la existencia de una glándula tiroidea normal y descartar las raras
ectopias tiroideas, cuya extirpación inadvertida originaría un hipotiroidismo
permanente.
El diagnóstico diferencial debe
realizarse fundamentalmente con los quistes dermoides, adenopatías y quistes
tiroideos y más raramente con linfangiomas, hemangiomas y quistes salivares.
Las formas de localización
lateralizada deben diferenciarse de las anomalías branquiales
Tratamiento para un quiste tirogloso
El tratamiento de un quiste tirogloso consiste en la resección quirúrgica , a menudo requiriéndose la resección media del hueso hioides.
Aunque son quistes por lo general benignos, el quiste tiende a ser resecado si
el paciente exhibe dificultades para respirar o tragar, o bien por razones estéticas, si la protrusión es
notable en el cuello.
El manejo quirúrgico requiere la excisión del quiste, así como sus conductos
y ramificaciones, de existir. El extirpar la porción central del hueso hioides
se indica para asegurar que todos los conductos sean removidos de su paso.
La complicación más frecuente en
el tratamiento de los QCT la constituye la recidiva del mismo, con porcentajes
variables en las diferentes series. Estas recidivas han sido atribuidas a la
existencia de
episodios inflamatorios previos a la intervención, insuficiente resección del
hueso hioides, existencia de tractos epiteliales microscópicos, al empleo de
material de sutura no reabsorbible y al
error diagnóstico que acarrea una técnica quirúrgica inadecuada
En el caso de Amparo, está a la
espera de intervención quirúrgica, habiendo presentado un episodio de
inflamación con sobreinfección, que le ha durado varias semanas
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