viernes, 20 de mayo de 2016

EL CRIBADO DE RETINOPATIAS PREVIENE CEGUERAS

La Diabetes Mellitus (DM) se ha convertido en una de las epidemias más importantes del siglo XXI y, por lo tanto, una de las enfermedades de mayor trascendencia socio-sanitaria. De acuerdo con las estimaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) el número de personas afectadas en el año 2030 superará los 500 millones. Se cree que este incremento se debe al crecimiento de la población, el envejecimiento, la obesidad y estilo de vida sedentaria.

Aproximadamente el 25% de personas afectas de Diabetes Mellitus tienen algún grado de Retinopatía Diabética (RD) y entre el 2-10% de los diabéticos presentan edema macular clínicamente significativo (EMCS). La incidencia de ambos problemas aumenta con la duración de la enfermedad de forma que a los 15 años de evolución el 15% de los diabéticos tendrán EMCS y a los 20 años más del 90% presentarán algún grado de RD.

La DM está considerada como la causa más frecuente de ceguera en la población activa en los países industrializados, siendo el Edema Macular Diabético (EMD) la causa más frecuente de disminución de la agudeza visual en los diabéticos y la RD proliferante la responsable de los déficit visuales más severos.


 La RD se caracteriza por diferentes lesiones en la retina (hemorragias, exudados de albúmina, edema y otras alteraciones vasculares), atribuidas a fenómenos isquémicos (microangiopatía diabética).



Clínicamente, estas lesiones no suelen causar síntomas visuales en su inicio, por tener una localización predominantemente periférica. En su evolución, pueden afectar a la mácula/fóvea, lo que produce una pérdida de visión central, o pueden formarse nuevos vasos (RD «proliferativa»), estructuralmente anómalos, que pueden ser responsables de hemorragias vítreas e incluso desprendimiento de retina, lo que ocasiona una pérdida global de la visión

De acuerdo con los resultados de los grandes estudios multicéntricos, la prevención de la ceguera por RD pasa por la realización de revisiones periódicas del fondo de ojo de los pacientes diabéticos de manera que puedan ser tratadas a tiempo las formas con gran riesgo de pérdida severa de visión o incluso de ceguera. Esto exige, además, el empleo de criterios homogéneos de clasificación y tratamiento de la retinopatía diabética.



 El uso de cámaras no midriáticas (CNM) y la telemedicina ha demostrado ser útil para este fin (sensibilidad >80% y especificidad >90%)19 ya que permite a los oftalmólogos concentrar los recursos disponibles en el manejo de pacientes con patología tratable en vez de invertirlo en realizar labores de cribado para detectar la enfermedad. Si se sigue este método con CNM, la primera retinografía debería hacerse a los 5 años del diagnóstico en los diabéticos tipo 1 y en el momento del mismo en los diabéticos tipo 2 (Grado recomendación A)
.
Posteriormente, el cribado se realizará cada 2-3 años en pacientes diabéticos con menos de 10 años de evolución, bien controlados y sin RD aparente. Será anual para pacientes sin signos de RD pero con más de 10 años de evolución de su DM, con factores de riesgo asociados (mal control metabólico)  (Grado recomendación B). . Los pacientes con RDNP severa, RDP y EMD pasan todos a control por los oftalmólogos.  Está en discusión si se debe mantener el cribado fotográfico con un intervalo menor (cada 3-6 meses) a los pacientes con RDNP leve moderada o bien deben ser derivados al oftalmólogo. En la actualidad, en nuestra Comunidad, el Plan de diabetes establece derivación al oftalmólogo. 

El objetivo, por lo tanto, de los programas de cribado es poner en manos de un oftalmólogo competente a los pacientes con RD que necesitan tratamiento (RDT), para que éste se realice de forma precoz reduciendo así la pérdida visual y la ceguera debida a la RD y al EMD.

Como muy bien habéis descrito en vuestros comentarios, Enrique presenta un RD no proliferativa leve. 

En todos los estadios de la RD es esencial el control   de la glucemia (hemoglobina glicosilada -HbA1c-), la dislipemia, la anemia,  la hipertensión arterial (HTA), el sobrepeso y el estado renal (microalbuminuria en orina). Asimismo se recomendará al paciente dejar de fumar (Nivel de evidencia 1, Grado recomendación A). 

En el estadio de RD leve Según el DCCT (Diabetes Control and Complications Trial) en los DM tipo 1 que mantienen un nivel medio de HbA1c del 7,2% se reduce la incidencia de la RD en un 76% y la progresión de la RD en un 54%.

El UKPDS (United Kingdom Prospective Diabetes Study) constató hallazgos similares en los DM tipo 2 (Nivel de evidencia 1, Grado recomendación A). Además demostró que el control estricto de la tensión arterial disminuye la progresión de la RD en un 34% y el deterioro de la agudeza visual en un 47%35 (Nivel de evidencia 1)

Y ahora os propongo dejarnos envolver e impregnar por esta canción ...Vienen......

 

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